martes, 15 de diciembre de 2009

La Alhambra de Granada albergó una plaza de toros


Los palacios nazaríes de La Alhambra de Granada albergaron una plaza de toros y fueron escenario de espectáculos y funciones taurinas desde el siglo XVI y hasta comienzos del XIX, según informa El Ideal de Granada. Este es el importante y revelador hallazgo que ha descubierto el investigador granadino Bruno Alcaraz en diversas fuentes documentales que datan la celebración de fiestas con toros en el monumento ya desde el año 1563.
Este dato, el más antiguo que se ha conocido relativo a la celebración de espectáculos taurinos en la Alhambra, está recogido en el catálogo del Archivo Histórico del monumento, realizado por María Angustias Moreno Olmedo y que ha sido encontrado por Alcaraz, que sitúa esta mención en "una causa judicial incoada contra varios carpinteros «por hacer en falso un andamio para la fiesta de toros, de la que habían resultado lastimadas varias personas".
El otro documento hallado está relacionado con "una queja que realizó el contador-veedor José Antonio Núñez de Prado el 12 de julio de 1804, quien a finales del año 1802 había sido expulsado por Lorenzo Velasco -uno de los oficiales de la fortaleza- del lugar que tenía reservado para él y su familia en la plaza de toros de la Alhambra junto al de la gobernadora". También ha trascendido que en 1803 el alcaide de la Alhambra ordenó realizar obras de mantenimiento en la 'tribunica' que había ante la puerta de Elvira y en Plaza de Bib-Rambla, ya que eran también lugares para celebrar corridas, juegos de tauromaquia y eventos sociales.
El alcaide de la Alhambra arrendaba anualmente en subasta pública la plaza de toros de la Alhambra, construida entera de madera, a particulares o contrataba las corridas que consideraba oportunas. Los beneficios obtenidos eran invertidos en obras de reparación de murallas, torres, techumbres y tejados. Los arrendatarios podían organizar todo tipo de espectáculos en la plaza de toros, además de los juegos de tauromaquia, celebrándose también danzas y fiestas de bailes, títeres, comedias y diversiones.
Alcaraz también ha podido saber que los empresarios de la época, que podían ser personas particulares o hermandades parroquiales y religiosas de Granada, podían arrendar la plaza por una temporada completa o por número de corridas presentando un escrito previo que solicitara el número de corridas y las fechas deseadas. Los gastos de las corridas eran cubiertos en función de las cláusulas de cada contrato. El alimento de los animales era sufragado a cuenta del Real Patrimonio, al que pertenecían los terrenos de descanso del ganado de lidia.
Otro dato revelador es que la proliferación de espectáculos taurinos en la Alhambra fue tal que incluso se levantó un nuevo coso debido al deterioro de la antigua plaza y la próxima celebración de funciones taurinas, lo que llevó a la Alcaldía de la Alhambra a decidirse por la construcción de un nuevo ruedo, que comenzó a levantarse en mayo de 1800 y se finalizó varios meses después. Por último, las hermandades religiosas de Granada tuvieron un protagonismo destacado en el desarrollo de los espectáculos taurinos, pues los empleaban como una vía de financiación para las imágenes y el ornato de las iglesias. La última referencia taurina que aparece en catálogo del Archivo de la Alhambra está fechada en el año 1820.

Fuente: www.mundotoro.com

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