Manuel Salinas, el autor del cartel de la temporada 2009 de la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, presentado ésta mañana en las dependencias del Coso del Baratillo, se refirió así al nivel de satisfacción con su propia obra, que quería seguir viviendo en la Ciudad después de pintar el cartel. Y es que la nota predominante en el pequeño discurso con el que el Teniente de Hermano Mayor de la Institución Maestrante, Alfonso Guajardo Fajardo, más conocido en éstas fechas por Sevilla como “Er Rey Negro”, fue el recuerdo de la polémica con el cartel del año pasado, que más parecía el cartel de las fiestas de la Caza del Ñú de la Tribu de los Masai que un cartel de toros para Sevilla, como sí puede ser el caso de la obra, un tanto abstracta, del pintor con taller en la calle Jesús de Gran Poder, en el que la presencia del toro zaíno centrando la monocromática estampa llena de movimiento se postula como una aproximación del modernismo pictórico, que recuerda en la primera vista al desaguisado de Barceló, en líneas de estilo, pero al menos es un toro, no un búfalo anoréxico, ni está el invento de la flecha. Eduardo Canorea se alegraba de que desapareciese el amarillo de la composición, lo cual alejaría la mala suerte, y aseguró que confiaba en que no se mojaría, claro que, para evitarlo, quizá algo tan sencillo como cubrirlo con una lona lo haría recuperable. Desde luego, el original no se mojará, ya que quedará a buen resguardo en la sala junto a los carteles desde 1994, claro que la sala queda ya algo pequeña y el cuadro de Salinas es de buenas dimensiones, habrá que apretar algunas pinturas en las paredes, o bueno, tampoco habría problema si para hacerle sitio se quitase algún garabato que, felizmente, ya ha pasado a la historia. Sevilla tiene, para éste 2009, un Cartel de Toros, moderno, si, pero Cartel de Toros.
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