jueves, 16 de diciembre de 2010

Portagayola



El genial Rafael "El Gallo" solía, de vez en cuando, irse a la puerta de chiqueros para ejecutar la suerte llamada a porta gayola o larga cambiada esperando de rodillas.
Algunos críticos taurinos de la época, llegaron a afirmar que el citado lance de capa era una suerte más de efecto que de mérito. Como en esta singular fiesta siempre ha sido muy difícil la unanimidad, respetemos dicho calificativo. Obviamente, produce un efecto impresionante en los espectadores; pero, ¿escaso de mérito?.
Lo primero que se produce cuando un diestro camina hacia la puerta de toriles, es un impresionante silencio del público; luego, una angustiosa espera compartida con el torero al saberse que el toro, enclaustrado en un habitáculo totalmente oscuro, sale deslumbrado al recibir el impacto de la claridad y la embestida puede ser incierta. El mérito consiste precisamente en la capacidad que demuestra el diestro de combinar el ritmo del corazón con el del cerebro. Al impetuoso latir del corazón le contrapone la frialdad mental de ordenar al cuerpo todos los movimientos necesarios para salir airoso de esa dramática situación.

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