El grupo mayoritario del Parlament, Convergencia i Unió, ha quedado retratado con la nueva Ley que blinda a los correbous en Cataluña. Hace dos meses votó en bloque la Ley que prohibió finalmente las corridas de toros, dando validez a un texto que hablaba de que la sociedad catalana cuenta con un “grado de sensibilización que se traduce en posiciones favorables a la protección de los animales”.
A ello atribuía lo que según ellos es “el fuerte descenso en Cataluña de la afición a las corridas de toros, el rechazo que producen en muchas de las personas que visitan nuestro país espectáculos que, en parte, se nutren de dinero público propician un paso más, el definitivo, hacia la prohibición de las corridas de toros”.
Ahora, la exposición de motivos incluida en la nueva Ley promovida por CiU habla de unas zonas regionales que “con la llegada del toro hace que se agiten todos los sentimientos por la estima que se siente a lo que se percibe como propio, lo que le liga con sus antepasados, lo que hace tintinear con una única nota todas las emociones ligadas a una tradición de casi 400 años”.
“Los bous al carrer, las habilidades en la plaza, el toro embolado y vaquillas, marcan todo el ritmo festivo de un evento extraordinario, propio de nuestras raíces más profundas, propio de nuestro país, Catalunya”. Y también hacen hincapié en “el flujo económico que conlleva, los puestos de trabajo que implica y el patrimonio genético inconmensurable de su cría y selección por el hombre lo convierten en un acontecimiento único”.
Además, presumen de que “los primeros indicios de la Fiesta datan del siglo XVII, y fue durante los siglos XVIII y XIX que la misma se fue extendiendo por los diferentes municipios de las Terres de l'Ebre y del resto de Cataluña”, entre otros argumentos. Ninguno de ellos, ni la tradición, ni el volumen de corridas de toros, ni las tres plazas que simultaneó Barcelona hace no tantas décadas, fueron utilizados por CiU en los meses en que se debatió la ILP que acabó con las corridas en Cataluña a partir de 2012.
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