Juan José Padilla no tuvo ocasión de lucimiento con el primero de la tarde, aun poniendo de su parte recibiéndolo con una larga tendida de rodillas y un ramillete de verónicas, durante el trasteo de muleta, el toro desarrolló mala condición y tras un par de coladas y muchas miradas al torero, del que estaba más pendiente que de la muleta, Padilla abrevió y mató de dos pinchazos y estocada caída. Fue silenciado, como en su segundo, del que no pudo sacar nada. Fue un toro blando desde la salida, fue protestado desde salida y el presidente no tuvo a bien el devolverlo. Con el capote no pudo y tanto en banderillas como en el trasteo de muleta, no sacó nada en claro, puesto que el toro no tenía ni fuerza, ni raza ni clase, ha abreviado y mató enseguida.
No se pudo lucir de capa el jienense Curro Díaz, pero lo puso todo en el trasteo de muleta, fundamentado, artístico y bien construído. Hiló tandas de mucha calidad por el pitón derecho y alguna serie de naturales verdaderamente primorosos, con mucho arte y sabor, una pena que lo emborronase con la espada, tuvo que valerse de un metesaca en los bajos, media estocada y finalmente una estocada trasera y nueve descabellos, toda la buena labor, quedó en palmas tras aviso después de errar con los aceros. Tampoco pudo rematar con su seguno oponente, en este caso la faena la ha fundamentado por el pitón derecho, pero el toro de primeras tocaba las telas al finalizar el muletazo. Luego ha conseguido templarlo, hilando tandas de calidad, toreando muy bien, quizá le dio demasiados tiempos al toro y la faena fue perdiendo fuelle, al igual que el animal, que poco a poco se venía abajo. Mató de pinchazo y estocada y saludó una ovación.
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