¿Da tiempo a echarse atrás?

Francisco B. Carrera

Si hay medallas que una vez entregadas con su ceremoniosidad y boato correspondientes pueden ser devueltas por vergüenza torera, como lo han hecho Paco Camino y José Tomás, quizá medallas que sean otorgadas y aún no se haya celebrado el acto de entrega puedan también ser retiradas. Eso de inhibirse a favor de, que tanto está haciendo últimamente el Juez Garzón, el juez estrella ese que todo lo empieza pero nada termina, podría y debería hacerlo el Consejo de Ministros que ha tenido a bien desprestigiar al arte del toreo otorgando un reconocimiento a un torero que, si bien nadie es quien para poner en duda el arte del otro, si que desde la estricta observancia de los cánones taurinos podría decirse que tiene menor peso artístico que otros en activo. Ser hijo de Figura y nieto de figura y hermano de uno que va para figura no te convierte en figura, por mucho que se lo figure Telecinco y lo defienda tu ex cuñado en cartas al director de los diarios, ni que el apoderado de tu hermano coja el berrinche de niño chico diciendo “tu si que das vergüenza porque… porque fumas puros, ea!” tampoco te va a ayudar a merecer más la medalla que otorga un Consejo de Ministros de ése mismo partido que en el Parlamento Europeo apoyó el acceso a trámite de una Ley para la derogación de la Tauromaquia, afortunadamente frenada por la Mesa del Toro y el sentido común. Ese consejo de ministros podía dejarse ahora también influenciar por su compañero (ojo, como parte integrante de otro de los poderes del estado, nadie crea que lo digo con segundas) Garzón, que a los ministros eso de ir a las cacerías se les da muy bien desde el franquismo pero lo de ir a los toros me parece que no tanto, o por lo menos no prestan atención a lo que ven, e inhibirse, como el parlamento europeo, a favor del sentido común y de la honestidad con lo que es el Arte del toreo. Así, se le quita la razón que nunca ha tenido a quien tacha de inelegante a la elegancia personificada y cuyo apellido mismo rima con Elegante, a quien dice que no torea con quien critica y a quien le da el espaldarazo haciendo piña de cuatro contra el frente común del mundo del toro. Se podría volver atrás, aunque ya no sirva de nada, el Arte del Toreo está visto que se refleja en platós y pasarelas más que en los ruedos, o al menos es donde los ministros ven toreros y presuponen que el que más sale será el más artista.