viernes, 24 de diciembre de 2010

Tal Día como Hoy...

Tal día como hoy 24 de diciembre del año 1939 toma la alternativa el diestro Alfonso Ramírez "El Calesero" en la plaza del toreo de la condesa actuando como padrino Lorenzo Garza y como testigo David Liceaga con toros de la ganadería San Mateo.Alfonso Ramírez, “El Calesero” ha sido uno de los grandes toreros que ha manejado el capote,... junto a la creación y arte de Rodolfo Gaona y Pepe Ortiz, el capote de seda de Jesús Solórzano y de Luis Castro “El Soldado”, entre otros, ya que supo imprimir su sello, muy personal, de toreo de arte y buen gusto, siendo un gran artista en el tercio de quites, donde nos lego su creación, el quite por “caleserinas” y los faroles invertidos, además de torear magistralmente a la verónica, e hizo muy suyo el remate de la larga cordobesa, a la que le puso un sello muy propio, y fue tanta su finura, de torear, con el capote, que se le llamó “El Poeta del Toreo”; fue un banderillero fácil, y con su muleta, le pudo a casi todos los toros, pero su falta de decisión, lo hicieron consolidarse en figura del toreo, ya casi en la etapa final de su carrera, pues cumplidos los 37 años, se convirtió en una figura importante del escalafón taurino mexicano, en las temporadas de 1953 y 1954.
Nacido en el taurinísimo barrio de Triana, del merito Aguascalientes, el día 11 de agosto de 1916; hijo de Justo Ramírez y Rosa Alonso Parga, desciende de una familia de artistas, ya que sus hermanos han sido el destacado actor y productor televisivo, Ernesto Alonso y Enrique Alonso “Cachirulo”.
Su afición a la fiesta brava le viene desde los 11 años, cuando torea su primera becerrada, para debutar en 1930, como novillero, en la feria de San Marcos, alternando con Fernando López y “El Temerario” con novillos de Cieneguilla, debutando en México, en el Toreo de La Condesa, el 1 de mayo de 1933, con novillos de Peñuelas, donde tuvo una mala tarde, y tan grande fue su fracaso que para volverse a anunciar, en los carteles, por idea del abogado, catalán Vicente Lleixas, le pone “El Calesero”, nombre con el que entra a la historia de la tauromaquia, en nuestro país.
Regresa al Toreo, hasta 1935, pero sin suerte, y se hace de un gran cartel por todo el Bajío, toreando de nueva cuenta en el coso de La Condesa, el 28 de agosto de 1938, alternando con Silverio Pérez y Gregorio García, donde torea magistralmente con el capote y lo ponen en la corrida de la “oreja de plata”, el 30 de octubre del año 38, alternando con “Chicuelín” Juan Estrada, David Liceaga, Eduardo Solórzano y Carlos Arruza, con novillos de San Mateo, obteniendo un gran triunfo y el trofeo en disputa.
La temporada del año 39 es la de su consolidación y triunfa, grandemente el 4 de septiembre, al cortar dos orejas a “Milagrito” de San Mateo, lo que lo lleva a la alternativa, que toma el 24 de diciembre, de manos de Lorenzo Garza y de testigo David Liceaga, con toros de San Mateo, en tarde sin pena ni gloria, para Alfonso.
En la temporada del 41 le corta dos orejas a “Volador” de La Punta, alternando con Arruza y Ricardo Torres; esa misma temporada se lleva una fuerte cornada en Mérida.
En el año 46 va a España y debuta en Sevilla, alternando con “Gallito” y “Yoni”, con toros de Juan Belmonte, dejando una grata impresión por el manejo de su sedoso capote, confirmando en Madrid el 30 de mayo, con toros de Sánchez Cobaleda y de padrino Pepe Luis Vázquez y Pepín Martín Vázquez de testigo; ese mismo año vuelve a México, sin éxito, pero el 19 de enero de 47, en Orizaba, obtiene un triunfo histórico, alternando con Fermín Rivera y Manolete, con toros de La Punta, fue tal el éxito del torero que el director de la banda le tocó el himno nacional en su honor, durante la lidia del sexto de la tarde, ocasionando que el director, fuera remitido a la cárcel, por estar prohibido. Los años 47 y 48 no son trascendentales, en el aspecto artístico, pero en el de percances se destacan la cornada de un toro de La Punta, la que sufrió en Aguascalientes, una más en Orizaba y la más grave la que le dio un toro de Mimiahuapam, en Guadalajara, que le dio siete cornadas y le destrozó ambos muslos.
En el año 53 regresa a la Capital, pero no hay fortuna ni en el Toreo de Cuatro caminos, ni en La México, pero en enero de 1954, cuando la temporada, transcurría, sin pena ni gloria, se anuncia el regreso de “Armillita”, la tarde del 10 de enero, alternando con “El Calesero” y Jesús Córdoba, con toros de Chucho Cabrera, y realiza, Alfonso una gran faena a “Campanillero” al que toreo magistralmente a la verónica, le hace un gran quite por faroles invertidos y chicuelinas, que remata, con una portentosa larga cordobesa, que ahí quedaron para la posteridad, además de realizarle una gran faena llena de temple y arte, al torear con la muleta, un pinchazo y una estocada algo delantera, le pusieron en sus manos dos orejas con las que dio incontables vueltas al ruedo en el apoteosis total del torero; Con el quito, su segundo de esa tarde, de nombre “Jerezano”, le hizo un quitazo, sensacional, por “Caleserinas” que voltearon la plaza, boca abajo, banderilleó junto a “Armillita” le cuajo una gran faena de muleta, lo pinchó en cinco ocasiones y aún así dio dos vueltas al ruedo, en la tarde de su consagración como figura del toreo.
El 14 de febrero, alternando con Pedrés y Jaime Bolaños, cortando una oreja a toros de Torrecilla, tarde en la que el cronista, Carlos León, lo propuso para el premio Nobel de la torería.
En los años 54 y 55 tuvo oportunidades de refrendar su buenas actuaciones, pero no lograr estar más que discreto y el público, poco a poco lo fue olvidando, destacando la temporada 59 donde obtiene algunos triunfos en El Toreo de Cuatro Caminos, para despedirse de la afición en 1966, el 24 de febrero, alternando con Capetillo y Raúl García con toros de Valparaíso.
Su dinastía perduró por algunos años con sus hijos Alfonso Ramírez “Caleserito”, que tuvo todo para ser figura y no lo logró en la década de los 60 y 70, con José Antonio Ramírez “El Capitán”, torero con gran clase, quien a nuestro juicio ha logrado una de las más grandes y sentidas faenas que ha realizado novillero alguno, en La Monumental México, al novillo “Pelotero” de San Martín, al que indultó en 1977, “Curro Calesero” el menor de la dinastía, que tuvo arte y clase, pero nunca se decidió a dar el paso definitivo y concluimos con su nieto César Alfonso Ramírez “El Calesa” que apunta el toreo de arte, pero también le ha faltado la decisión.
El Maestro “Calesero” falleció en la ciudad de México el 22 de septiembre de 2003.

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