sábado, 4 de febrero de 2012

A algo más de dos meses para el comienzo de la temporada en Sevilla, el G-10 «amenaza» con dinamitar el ciclo

A estas alturas del año, primeros días de febrero, los aficionados ya conocían, al menos, el cartel que abriría la temporada taurina en la Maestranza, esto es, la tradicional corrida del Domingo de Resurrección. Igualmente, comenzaban a «filtrarse» los ejes fundamentales del ciclo abrileño, la presencia de las figuras. Empero, a día 4 de febrero de 2012, cuando quedan poco más de dos meses para que se abra la puerta de cuadrillas del coso maestrante, la Feria de Abril es toda una incógnita. Y, lo peor de todo, que posiblemente —si no se produce un giro espectacular— Sevilla se quede sin ver a algunas de las principales figuras del escalafón. No hay más que retrotraerse a la conformación de la primera gran feria de la temporada, la de Fallas de Valencia.

Y es que ha entrado en escena un componente hasta ahora desconocido y que tiene visos de condicionar los principales ciclos taurinos: la empresa All Sport Media, que gestiona los derechos de imagen del autodenominado G-10, grupo conformado por Enrique Ponce, El Juli, Morante de la Puebla, El Cid, José María Manzanares, Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante, Cayetano, El Fandi y César Jiménez. O lo que es lo mismo, los puntales básicos —la práctica totalidad de ellos— de las ferias de importancia y relumbrón y que exigen un dinero por derechos de imagen, toreen todos o alguno de ellos, en los ciclos donde está presente la televisión.

Simón Casas ya se las ha visto con ASM. Ha «soltado» 279.000 euros en este concepto por los diez toreros, cuando solo cinco de ellos están anunciados en Fallas. Claro que mirándolo desde otra óptica, el francés se ha ahorrado un buen dinero en cuanto a honorarios. Sin embargo, y sin ánimo de herir sensibilidades, el ciclo valenciano es de una mediocridad supina. Y eso se va a comprobar en las entradas que registren los festejos. Se han quedado fuera nombres como los de El Juli, Morante de la Puebla, Miguel Ángel Perera y Cayetano. Y han entrado toreros pertenecientes a casas de apoderamiento que comparten empresas en otras plazas: Manzanares, El Fandi y Talavante. Casos aparte son los de Ponce —está en su tierra— y El Cid.

Ahora toca mover ficha a la empresa Pagés. Eduardo Canorea y Ramón Valencia, por el momento, son remisos a entablar negociaciones con All Sport Media. Y aquí es donde viene el problema, ya que los G-10 no están dispuestos a retroceder ni un solo paso. Ya lo han advertido apoderados como Roberto Domínguez —de El Juli—; Fernando Cepeda —Miguel Ángel Perera— y Curro Vázquez —Morante de la Puebla y Cayetano—. Precisamente, cuatro de los diestros «independiente», esto es, que no figuran en la nómina de apoderados-empresarios.

¿Podría quedarse Sevilla sin ver a El Juli, uno de los triunfadores del pasado año con una Puerta del Príncipe y cinco orejas en su paso por el coso del Baratillo? ¿Aceptaría la afición hispalense que uno de los máximos representantes del toreo sevillano, el ribereño Morante de la Puebla, no estuviese en los carteles de este año? Y una tercera incógnita: ¿Aguantaría el aficionado sevillano unos carteles como los de Valencia y un Domingo de Resurrección de «medio pelo»?

Eduardo Canorea y Ramón Valencia están encontrando una serie de obstáculos que, a dos meses del inicio de la temporada, no son precisamente fáciles de solventar. Aún así, pudieran tener un as en la manga que paliase en algo la debacle que puede cernirse sobre el ciclo abrileño si las posturas del G-10 se mantienen como en Valencia: José Tomás. Pero, ¿cederá en algo el de Galapagar o, por contra y al ir por libre, exigirá todavía más? Desgraciadamente, por ahora no sólo no hay nombres, sino que no se atisban muchos de ellos...

Fuente: www.abcdesevilla.es

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